Este cuadro está inspirado en Ajuy, un pequeño y turístico pueblo pesquero de Fuerteventura, muy conocido por sus cuevas. A última hora de la tarde se pueden ver las barcas de los pescadores que vuelven a la playa dirección a la lonja. Su playa de arena negra rodeada de riscos tiene un gran atractivo y el resultado es un paisaje que transmite una sensación de calma y tranquilidad muy especial.
80 euros
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